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Hija de la Luna

Para ayudarme.

No iba a pasar, no señor. ¿Y si pisaba alguna? Qué horror, yo no podía matar un hada ni por accidente, pero mi padre se empeñaba en que sólo eran hormigas. Y dale. ¿Cuántas veces iba a tener que explicarle que no era más que un disfraz para que los humanos no viéramos sus alas como algo raro? Cualquiera que se hubiera leído un par de cuentos lo sabría.
Al final, me aupó y saltó por encima de la fila india de hormiguitas aladas. Sé que ellas me dedicaron una sonrisa, que tan sólo yo vi, a modo de agradecimiento.

Aún creo en las hadas disfrazadas de insectos, pero ahora ya salto yo solita las filas, sin miedo a pisarlas, porque sé que puedo dar una zancada suficientemente grande, y porque él ya no está aquí para ayudarme.

9 comentarios

Hija de la Luna -

Samara, tú eras de las mías! Mis amigos tb mareaban hormigas, y haían peleas con las más grandes... Nunca las quemaron, lua, al menos ahora tienes sentimiento de culpa, ellos ni eso. Tp las comieron, Miramar! Qué repelús. Aunque mi hermana me trajo saltipajos al caramelo (se dice saltamontes aquí??) de México, y no estaban mal...

Brisa, Marta muchas gracias! Yo le contaría a los niños los viejos cuentos que me hicieron pensar en los bichitos como seres importantes... Por cierto, me gusta lo de "especial", normalmente me toca un "rara" ;)

Moonsa, yo nunca tuve en casa, sólo he tenido cucarachas, y hasta hace poco. Tuve que echar insecticida, así no podía estar, pero me daba la impresón de que ellas no hacían más que sobrevivir y yo estaba asesinando. Demasiados cuentos, supongo. Turandot, bonita filosofía, la de no matar, aunque sé lo que molestan las hormiguillas en las acampadas (pero son mejores que las chicharras!).
Tenéis razón, lo más importante es el recuerdo, que intento que sea dulce, porque el dolor no sirve para nada, mucho menos para seguir.

Mi vecino serás si sigues trasteando por blogia...(ahora me voy de visita). Muchas gracias por encarnarte en ese angelito y traerme su sonrisa desde tan lejos :) un besote.

Besos a tod@s!

Miramar -

Yo aún no las probé fritas... dicen que, despúes de la primera impresión, están riquísmas.

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Turandot -

Mis amigas las hormigas... asi las bauticé cuando en una acampada se comieron mi comida, grrrr
Aun asi, y aunque no me caigan bien ( y he de reconocer que ahora las miraré con otros ojos) evito matar a cualquier bicho viviente.
Ah, y si está, estamos mientras permanecemos en el recuerdo.
besades

Moonsa -

Ays yo en verano a veces tengo hormigas en casa, y cuando tengo que matarlas me siento mal :S. Me da por imaginar su vida como si fueran personas...
En cuanto al recuerdo, apoyo la moción del vecino de la sal. Siempre estará ahí, pero supongo que es doloroso que ya no "esté". Un beso

lua -

Ufffffffff, yo confieso haber quemado hormigas con una lupa de pequeña :(
Cuando somos niñ@s no tenemos el sentimiento de culpabilidad, nos nace después.

Dark kisses

Brisa -

Que historía más bonita. Sólo las personas especiales, conservan la sabiduría de la infancía cuando crecen.

Marta -

Pues... Me ha encantado. Es una historia estupenda para contar a los niños pequeños.
Un beso!

tu vecino el de la sal -

Él ya no está allí para ayudarte.
Pero desde aquí arriba te dedica una sonrisa, que tan sólo tu ves. (Un angelito)

PD: Mira mi otro blog_ia

Samara -

De pequeña, cuando los cafres de mis amigos cogían hormigas y las torturaban en cajitas de juanolas, mareandolas para luego soltarlas y reirse...solía desaparecer y los imaginaba a ellos dentro de esa caja...agitados,violentados por gigantes niños...y me surgía una leve sonrisa sarcástica. Un saludo.