Mi profesora favorita.
Había un juego que me gustaba más que los demás. De una bolsa de tela oscura, sacábamos cada uno un papel. Ella había puesto tres palabras, diferentes en cada uno, y con ellas debíamos escribir un cuento en el fin de semana. Jugábamos algunos viernes, sólo algunos, cuando ella estaba alegre. El lunes leíamos los relatos en voz alta. Al mío siempre le ponía el título ella, yo no he sido nunca capaz de hacerlo. Después de leerlo, me miraba con una sonrisa en los ojos y me decía su elección.
Ahora, años más tarde, recuerdo sus clases, y las extraño. Ya nadie me da palabras con las que urdir una trama, nadie pone título a mis locuras, pero cuando paso cerca del patio del colegio, ella me mira con esa sonrisa de antaño, y entonces sé que sigue jugando a nuestro juego con otros niños, pero aún así, no me ha olvidado mi profesora favorita.
Ahora, años más tarde, recuerdo sus clases, y las extraño. Ya nadie me da palabras con las que urdir una trama, nadie pone título a mis locuras, pero cuando paso cerca del patio del colegio, ella me mira con esa sonrisa de antaño, y entonces sé que sigue jugando a nuestro juego con otros niños, pero aún así, no me ha olvidado mi profesora favorita.
3 comentarios
Hija de la Luna -
Miramar, pues el más terrible fue mi profe de dibujo técnico, da igual que te chives, porque le grité de todo en medio del pasillo, así que supongo que ya lo sabe. Era un viejo verde que sólo tenía 2 alumnas, y nos tenía amargadas, porque entre los chistes que soltaba y su machismo, convertía las clases en algo horrible.
Un besote a los 2. :D
Miramar -
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Brisa -