Blogia
Hija de la Luna

A ver cuánto dura.

A veces me río, y digo que acabaré de camarera en cualquier restaurante de comida rápida, pero sé que como el CNI descubra mi talento más especial, tengo trabajo mañana mismo. Y es que, con sólo tenerlo a mi alrededor, soy capaz de cargarme cualquier aparato eléctrico, por resistente que parezca. Mi discman no entiende ya los mp3, atraso los relojes, mi móvil se llama solo, mi impresora imprime lo que quiere, y lo que no lo olvida, mi ordenador va por el tercer formateo… desde enero. Ya he solucionado mis problemas, puedo postear (esto es prueba de ello), pero he tenido que volver a salvar toda mi información y limpiar este cacharro. Empiezo a pensar que no estropeo los aparatos, que simplemente les infundo algo parecido a la vida, que les doy capacidad de decisión. Y deciden rebelarse, claro, y hacer lo que les viene en gana. Mi ordenador se está convirtiendo en el cabecilla, creo que está enfadado por lo mucho que le hago trabajar, y en represalia hace malabares con mis documentos, se ríe en mi cara cuando intento usar Excel (y lo necesito para estadística!), abre y cierra ventanas sin venir al caso, se olvida de lo que son los cookies, y me obliga a castigarle con un nuevo formateo. Ahora ya no tiene memoria, pero sé que en poco volverá a odiarme, la luz parpadeante ya me dice insultos en morse… Le voy a proponer una adopción como mi mascota, a cambio de que me deje acabar las prácticas y postear, me comprometo a traerle agua y comida, a quitarle ese cable tan feo que le ata a la pared y a sacarle cada 3 horas a pasear, para sus necesidades. Mientras espero una respuesta, hemos establecido esta tregua… a ver cuánto dura.

0 comentarios